Los metaloides, también llamados semimetales, son elementos químicos que se distribuyen entre los grupos 13 y 17 de la tabla periódica, los cuales tienen un comportamiento que mezcla la forma en que los metales y los no metales se comportan, en torno a temas de propiedades de enlace y de ionización.
Estos son muy parecidos a los metales verdaderos, sin embargo se puede diferenciar con la revisión de sus propiedades de conducción de energía eléctrica, también se logran diferenciar por su colocación y su forma que llega a ser muy variado.
Un ejemplo de estos elementos químicos son el Polonio, el Boro, el Astato, el Telurio, el Arsénico, el Germanio, el Silicio, y el Antimonio. Estos se ubican en la línea diagonal partiendo desde el Boro al Trilodita, específicamente encima de estos y a la derecha se encuentra los no metales, y debajo y a la izquierda se hallan los metales.
Las propiedades de los metaloides son intermedios, o sea, que en ello se observan tanto características que describen a los metales como a los no metales, por tanto estos elementos químicos son semiconductores de la electricidad y del calor. Estos semiconductores son usados en la fabricación de celdas solares, de chips de circuitos integrados, de transistores, de microprocesadores, de diodos, de rectificadores, etc.
Indice
¿Cuáles son las propiedades de los metaloides?
Propiedades físicas de los metaloides
Los metaloides se distinguen porque tiene propiedades tanto de los metales como de los no metales. También son considerados como semi-conductores de electricidad y de calor.
Sus propiedades físicas son muy parecidas a los metales y no metales. Estos a temperatura ambiente son sólidos y casi todos muestran un brillo muy parecido que el que muestra los elementos metálicos.
Maleabilidad de los metaloides.
Suelen presentar cierto grado de maleabilidad y cierta capacidad para conducir el calor y la electricidad, características que toman de los metales. También hay elementos que pueden mostrar características de los no metales como es el escaso brillo, la imposibilidad casi total de conducir electricidad, y la fragilidad.
Estos elementos se destacan por su gran dureza y suelen mostrarse en distintas formas alotrópicas, un ejemplo de ello es el silicio, el cual se halla de forma amorfa, mostrando un ordenamiento irregular de átomos; y de forma cristalina, donde los átomos están muy bien ordenados dentro de el espacio.
Usualmente se le conocen como semiconductores, ya que no son tan buenos conduciendo la electricidad y el calor.
Propiedades químicas de los metaloides
Los metaloides pueden formar compuestos a través de electrones ganados, perdidos o con el compartimiento de estos.
Poseen más de tres electrones en su última capa de valencia, por ejemplo, el germanio posee 4 electrones, el boro tiene 3, el teluro 6 y el antimonio presenta 5 electrones en esta capa externa.
Todos los metaloides presentan una reactividad muy variada, donde unos llegan a ser mucho más reactivos que otros. Estos reaccionan muy bien con el oxígeno y con los halógenos, y también puede hacerlo con ciertos elementos metálicos y no metálicos. Por ejemplo, el boro reacciona muy bien con el hidrógeno creando así hidruros, que es una sal que se usa mucho en los laboratorios químicos.
Otro ejemplo de elementos con los cuales reacciona muy bien es el oxígeno, con el cual crea óxidos donde sus derivados son usados en la limpieza, en el lavado ocular y en lavanderías estos son el bórax y el ácido bórico; el silicio que reacciona con el oxígeno creando el dióxido de silicio; el antimonio y el arsénico que reaccionan con el oxígeno y los halógenos; y el dióxido de silicio que reacciona con metales, con aluminio para crear arcilla y con magnesio para producir el cuarzo.