Se le llama competitividad a la capacidad de producir una gran satisfacción en los clientes y consumidores al fijar la capacidad o el precio de poder ofrecer un precio menor fijado a una calidad.
Explicado de esta forma, se entiende que las empresas de mayor competitividad pueden afrontar mayores cuotas de mercado al diferenciarse de empresas que tienen menos competencia, siempre que no se den deficiencias de mercado que impidan esta realidad.
De manera frecuente se utiliza la frase pérdida de competitividad para explicar una situación en la cual los costes de producción aumentan, porque esto afecta de manera negativa al margen o al precio de beneficio, sin ofrecer mejoras a la calidad del servicio.
La competitividad se define de manera explícita cuando se aplica a una compañía o grupo de compañías que venden sus servicios a un mercado bien determinado. En este caso, cuando se pierde la competitividad, existe una amenaza a largo plazo para que la empresa o la agrupación de empresas sobrevivan.
Indice
Factores que influyen en la Competitividad Empresarial
Calidad del Servicio
La calidad del servicio o del producto es la capacidad de crear bienes y servicios satisfactores que llenen las necesidades y las expectativas de los clientes.
Por otra parte, también tiene que ver con hacer cada paso del proceso de producción de manera correcta para satisfacer a los usuarios internos de la organización e impedir que existan satisfactores defectuosos.
La importancia de la calidad está basada en que la satisfacción de la clientela se eleva y al mismo tiempo crece su fidelidad al servicio, en el caso de organizaciones mercantiles.
La calidad del servicio se relaciona con poder satisfacer usuarios, clientes y ciudadanos de manera justa, honesta, transparente, solidaria, puntual y amable, consiguiendo obtener grados altos de satisfacción en sus relaciones con la institución o la organización que provee el servicio.
Productividad
La productividad se define como la razón que existe entre la cantidad de servicios que se produce, se fija a una calidad determinada, por una hora de trabajo.
La productividad se basa mayormente en el capital físico, en la tecnología utilizada y en la calidad de formar al capital humano o a los trabajadores.
En países que son industrializados, los empleados pueden realizar producciones promediadas de grandes cantidades de bienes porque existen maquinarias que automatizan o mecanizan parcialmente los procesos.
Teniendo en cuenta a los servicios, de manera especial a aquellos que necesitan atención directa personal, casi siempre la productividad mejora con dificultad a través del capital humano o físico. En cambio a esto, la producción de bienes facturados a lo largo de la historia ha tenido enormes aumentos de productividad por la implementación de nuevas tecnologías y bienes de equipo.
A pesar de esto, las comparaciones empíricas que se realizan a nivel internacional enseñan que la intensidad del capital físico o la calidad del capital humano, relacionándose al grado de mecanización, sólo pueden explicar una modesta fracción de la competitividad a nivel general o a la renta de los países con grandes ingresos. Esa realidad implica que las teorías que definen al crecimiento de la productividad únicamente pueden hacerse de manera parcial con la productividad que se observa.
Salario
El nivel de salario medio es uno de los costes principales en la mayoría de las industrias, particularmente en la manufacturera que se basa en el sector de servicios y en las tecnologías convencionales.
En tecnologías que son relativamente nuevas existe una competitividad en salarios que son relativamente inferiores a otros. Cuando sucedió la crisis económica desde el 2008 hasta el 2014, se intentaron imponer legislaciones laborales que minimizaran la capacidad de negociación de los empleados con la finalidad de rebajar los salarios y de obtener una competitividad en naciones donde pudieran aumentarse las exportaciones y resolver la deuda pública y privada de las mismas.
