Los anfibios se conocen como un tipo de vertebrados tetrápodos, ectotérmicos y anamniotas que tienen una respiración branquial mientras se desarrolla la fase pulmonar y larvaria para poder llegar a alcanzar el estado adulto.
Estableciendo una diferencia con el resto de los vertebrados, los anfibios tienen la distinción de sufrir una transformación a medida que se produce su desarrollo. Estos cambios pueden ser drásticos y son llamados metamorfosis.
Se tiene entendido que los anfibios fueron los primeros vertebrados que pudieron acoplarse a una vida semiterrestre, actualmente estos presentan una distribución cosmopolita al estar dispersos en todas las regiones del mundo, asentándose solamente en las partes antárticas y árticas, en la gran mayoría de las islas oceánicas y en los desiertos áridos. Existen exactamente 7,492 especies de anfibios descubiertos en la actualidad.
Los anfibios desempeñan un rol ecológico vital relacionándose con transportar energía proveniente del medio acuático para llevarlo al medio terrestre, de igual manera a nivel trófico para proveerse de alimento cuando se encuentran en estado adulto, mayormente de invertebrados y de artrópodos.
Existen algunos tipos de anfibios que secretan sustancias bastante tóxicas a través de la piel de los mismos. Estas sustancias forman parte de un sistema de defensa que los anfibios utilizan para defenderse de los depredadores.
4 Ejemplos de Anfibios
Sapos y ranas
Los sapos y las ranas son tipos de anfibios que tienen diferentes características dentro de las cuales las más notables son que tienen una cabeza muy grande cuando es comparada con el resto de su cuerpo, las patas delanteras suelen ser cortas, la boca es de tamaño grande, las patas traseras son bastante largas y permiten al sapo o a la rana poder dar grandes saltos.
La piel de este tipo de anfibios normalmente es brillante y alisada en el caso de las ranas, y más verrugosa y menos colorida en el caso de los sapos. También los sapos tienen una capacidad de movimiento mucho más limitado y sus ojos son saltones. Ambos, tanto la rana como el sapo no tienen cola.
Tritones y salamandras
Los tritones y las salamandras son una clase de anfibios que tienen un cuerpo de tamaño alargado, su cabeza es pequeña y los ojos no suelen ser tan saltones, mientras que sus patas pueden ser cortas o largas dependiendo de la especie que sean.
Su cola es larga, en el caso de los tritones acuáticos la cola se encuentra aplanada de manera lateral para facilitar al anfibio el poder realizar nados de manera mucho más rápida. Su piel se caracteriza por ser brillante y lisa.
Cecilias
Las cecilias son unos tipos de anfibios que no tienen patas, algunas especies de cecilias carecen de visión debido a que su capacidad visual tiene ciertas limitaciones.
Su organismo corporal se encuentra recubierto de anillos los cuales le permiten una mayor facilidad a la hora de trasladarse. La cabeza de las cecilias tiene apariencia puntiaguda y su cola es bastante pequeña. Esta clase de anfibios tiene el sentido del olfato altamente desarrollado.
Ajolote
El ajolote es una especie de anfibio oriundo de las tierras mexicanas que se emparenta con las salamandras, pertenece al orden de los urodelos y está caracterizado por la ausencia de metamorfosis que sí ocurre en los demás anfibios.
El ajolote tiene características muy peculiares tales como su coloración, esta es de una tonalidad gris, marrón oscuro o casi negra. También tiene manchas oscuras pero esto podría variar dependiendo de si se encuentra en cautiverio o no.
El ajolote tiene una cola de renacuajo muy fuerte y unas patas de tamaño pequeño con poco desarrollo. Su cabeza es plana, prominente y ancha.