Todos aquellos que en alguna ocasión se hayan sentido tentados de migrar a Linux, o de crear una partición en su disco y configurar un arranque dual con dos sistemas operativos, se habrán sentido abrumados con la cantidad de distros disponibles en el mercado. Una de las más populares es Ubuntu, y está basada en Debian GNU/Linux, siendo software libre y de código abierto.
Como ya hemos hablado en otros artículos, cada distribución de Linux tiene un enfoque diferente, siendo en este caso el usuario promedio el target de Ubuntu. Desde su lanzamiento en el año 2004, ha conseguido cosechar más de 25 millones de usuarios, lo que le coloca como el tercer sistema operativo más usado del mundo, tan solo por detrás de Windows y iOS. Poco después nació Xubuntu, un derivado oficial reconocido por Canonical, la encargada de desarrollar y distribuir Ubuntu, siendo su principal diferencia el uso del escritorio Xfce.
Canonical también mantiene una versión orientada a servidores, Ubuntu Server, que se concibe como una versión para empresas. Con el tiempo se ha ido expandiendo a otros dispositivos, demostrando que es una distro estable y muy amigable con el usuario, además de poseer una de las comunidades más grandes de usuarios.
La interfaz Unity, creada para el entorno de escritorio GNOME, es una de las más alabadas por los usuarios que migran desde sistemas operativos como Windows o iOS. Las opciones de personalización, así como el conjunto de aplicaciones orientadas al usuario final y la calidad de su software preinstalado, la han convertido en la distro por antonomasia, sobre todo para aquellos que se inician en Linux.
Antes de dar el salto definitivo a este ecosistema, es preciso conocer los pros y contras de utilizar Ubuntu, que muchas veces estarán ligados a su propia arquitectura, ya que comparte núcleo y filosofía con el resto de distros Linux.
Ventajas de Ubuntu
- Libre: Vamos a olvidarnos de costosas licencias o, en el peor de los casos, de software pirata de dudosa procedencia que puede poner en peligro la seguridad de nuestro sistema. Ubuntu, como la inmensa mayoría de las distros de Linux, es libre y gratuito. Tan solo tendremos que acceder a su página web y descargar el fichero de instalación, montar la ISO en un USB mediante Rufus, y reiniciar nuestro equipo para iniciar el asistente. Además, si instalas una versión LTS (soporte extendido), seguirás recibiendo actualizaciones de seguridad durante cinco años, sin necesidad de actualizar a la siguiente versión del sistema operativo. Las versiones LTS aparecen cada dos años.
- Seguro: Ubuntu es un sistema estable y seguro, como todos los que forman parte del ecosistema Linux. Al ser un SO con una cuota de mercado casi residual, los hackers no suelen volcar sus esfuerzos en infectar este tipo de equipos que, por otro lado, suelen estar administrados por un perfil de usuario que dista bastante del habitual en Windows. El usuario sigue siendo la parte más vulnerable de cualquier SO, dado que muchas veces, por desconocimiento o dejadez, no protegen adecuadamente su equipo.
- Eficiente: Vuela. Es increíblemente liviano para las tareas cotidianas. Hace una gestión eficiente de los recursos, lo que se traduce en un funcionamiento fluido y la posibilidad de gestionar la multitarea sin ralentizaciones. Recientemente, Canonical publicaba que Ubuntu estaría optimizado para la próxima generación de Plataformas Intel IoT, lo que da buena cuenta del músculo del SO en el sector. Asimismo, apareció recientemente una versión perfectamente optimizada para virtualizar W10. ¡No renuncies a nada!
- Personalizable: El hecho de que el sistema sea de código abierto brinda un amplio abanico de posibilidades a los usuarios, especialmente a los más experimentados. Retocar la interfaz que tiene por defecto, implementar widgets de forma nativa, cambiar los iconos o el aspecto de nuestra barra de iconos, son solo algunas de las cosas que podremos hacer con las últimas versiones Ubuntu.
- Herramientas: Es frecuente que todo el firmware preinstalado por los fabricantes en muchos equipos Windows sean, si no prescindibles, directamente bloatware, cosa que a nadie le gusta tener en su equipo. Ubuntu ha sido dotado de una serie de herramientas de gran utilidad, que varían en función de los sabores del SO que elijamos. Generalmente, encontramos Open Office, una completísima suite ofimática. El gestor de correo Evolution, una potente herramienta enfocada a la productividad. O Rhytmbox, una aplicación similar a iTunes, que se complementa con Totem, un reproductor de vídeo parecido a VLC. Pero también hace sus aportaciones en el ámbito profesional, como Gimp, una valiosa herramienta de retoque fotográfico, o Blender, un programa de modelado que podremos descargar directamente desde su tienda y que es incluso empleado en la industria de la animación por estudios profesionales.
- Actualizaciones: Tener a Canonical detrás nos da la seguridad de que nuestro equipo será actualizado y que, cuando lo requiera, cuando por ejemplo se descubre un agujero crítico de seguridad, le pondrán remedio a la mayor brevedad posible. Las grandes actualizaciones se despliegan de forma automática cada seis meses y, a diferencia de lo que ocurre en Windows, normalmente no es necesario reiniciar. Entretanto, diferentes actualizaciones de menor envergadura llegarán con frecuencia a nuestro Gestor de actualizaciones.
Desventajas de Ubuntu
- Videojuegos: Al igual que sucede en otras distros de Linux, Ubuntu no es un sistema válido si lo que queremos es usar nuestra máquina para disfrutar de los videojuegos. En los últimos años, se han hecho muchos esfuerzos enfocados en el desarrollo de drivers actualizables y compatibles con la inmensa mayoría de GPUs, pero sigue siendo una utopía tratar de emplear Linux para jugar. Pocas desarrolladoras apuestan por distribuir su producto en un nicho que consideran minoritario.
- Conocimientos de programación: Pese a que Ubuntu monta un potente escritorio que permite realizar la mayoría de tareas a través de su interfaz gráfica, ciertos problemas solo podrán ser solventados si tenemos ciertos conocimientos de línea de comandos o programación. Esto supone que muchos usuarios tendrán que renunciar a utilizar el sistema si requieren de una disponibilidad total. A pesar de todo, la estabilidad de Ubuntu está fuera de toda duda y para un uso alejado del mundo empresarial es más que solvente.
- Software especializado: Al igual que no podremos instalar la mayoría de videojuegos, tampoco podremos hacer empleo de software específico y profesional que está únicamente desarrollado para Windows o iOS. La Suite de Adobe, programas muy concretos de ingeniería o arquitectura, no encontrarán soporte ni posibilidad de ejecución en máquinas con Ubuntu. Eso sí, siempre podremos recurrir a la emulación de Windows, con la consecuente merma en el rendimiento final.
- A la zaga: Tal vez a sus usuarios no les importe, y prefieran la dirección conservadora del proyecto para no renunciar a la estabilidad, pero Ubuntu va camino de quedarse obsoleto en muchos aspectos. Distribuciones como Fedora o elementaryOS, ofrecen al usuario más funcionalidades y un diseño mucho más atractivo.