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Tipos de teatro

Géneros teatrales

Decía Federico García Lorca que «el teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana». La Antigua Grecia nos legó un patrimonio cultural que logró sentar las bases de la civilización occidental, no solo en lo que se refiere a la organización política y social, sino también en las artes y, más concretamente, en la escenificación teatral.

Para que las artes escénicas cobren vida en el escenario, tiene que preexistir una obra literaria que defina y configure esa representación, dado que la naturaleza del teatro es esencialmente literaria.

El teatro nació en Atenas, entre los siglos V y VI antes de Cristo, como una metamorfosis de las primitivas ceremonias rituales que se celebraban en honor a Dionisio, el Dios de la vegetación y las flores, pero sobre todo del vino. El primer teatro construido a tal efecto fue bautizado con el nombre de Dionisio, quien habitualmente presidía en forma pétrea el espacio circular alrededor del cual se levantaban las gradas. Habitualmente se usaba como un recurso didáctico para la transmisión de conocimiento.

No en vano, el teatro cumple una función social, convirtiéndose en plataforma de denuncia política y religiosa; revelando las más bajas pasiones humanas, casi siempre invisibles en el fragor de la rutina. Muchas obras acababan adquiriendo un tono pretendidamente insolente y subversivo, actuando como canalizador de la ira contenida. A lo largo de los siglos han florecido multitud de géneros teatrales que, de manera consabida, han permitido regocijarse y reflexionar a los espectadores. Veamos a continuación cómo se clasifica el teatro.

El teatro clásico y la tragedia

Merece un puesto destacado en esta clasificación del teatro por constituir el génesis de este género artístico. El teatro clásico griego, que alumbró la tragedia, estaba asentado en la tríada de Esquilo, Sófocles y Eurípides, que se consideran indiscutiblemente los precursores de la tragedia, dotándola de estructura tanto interna como externa. Las grandes tragedias griegas están escritas siguiendo un patrón bastante encorsetado y recursivo, como una fórmula garante del éxito:

  • Prólogo: nos pone en contexto.
  • Párodo: un coro que complementa al prólogo.
  • Episodio: tiempo en el que se desarrolla la acción.
  • Estásima y éxodo: lapso donde se da sentido al acto anterior, más alegórico.

Esquilo escribió durante toda su vida noventa tragedias, de las cuales tan solo conservamos inalteradas un total de siete. Se presupone, por tanto, el poeta trágico por antonomasia y el fundador de la tragedia griega, uno de los géneros mayores que, por atemporales, permanecen inmutables y siguen representándose aún hoy en día.

Sófocles, por su parte, era la voz narrativa, es decir, la figura predominante en la producción literaria de la tragedia, destacando entre sus obras Edipo en Colón o Las Traquinias y Filoctetes.

Eurípides tenía un tono más político, comprometido con los problemas de su época y adscrito en lo que se conoce formalmente como revisionismo racionalista.

Otros géneros mayores

Drama

El término drama resulta ambivalente, ya que, por un lado, señala a todo género literario que tiene como última finalidad la representación teatral, al mismo tiempo que designa a aquellas obras teatrales de carácter serio y con clara intención moralizadora. A menudo, el drama suele disociarse de la tragicomedia cuando, en síntesis, son una expresión de la misma cosa.

La diferencia principal con la tragedia, de la que ya hemos hablado a través de sus grandes exponentes griegos, es que observa a los figurantes desde un prisma mucho más humano, sin que se vean condicionados por el destino, descomprimiendo la tensión puntualmente con una pizca de humor.

Pocas obras mejores para ejemplificar el género que La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, estrenada en 1635, englobada en el movimiento literario del barroco. Aquí el tema principal no es otro que la ansiada libertad humana como eje vertebrador de la realidad, sin que el destino consiga interponerse.

Comedia

Podría definirse como una antítesis a la tragedia, o sea, un drama con final feliz. Resplandece una lectura epicúrea, optimista y enérgica, rehuyendo de la angustia y desazón de la tragedia. Por supuesto, tiene su punto de partida en la Antigua Grecia, con el comediógrafo Aristófanes, que rescató la tradición del drama satírico y redefinió los actos, que ahora alternaban entre diálogo y canto.

Sueño noche de verano
Cuadro del pintor Edwin Landseer que representa una escena de la comedia Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare

Sin embargo, el verdadero artífice de la transformación de la comedia no es otro que Menandro, que de un plumazo elimina los coros, trasvasando la carga dramática al interior del texto, lo que se traduce en una activa participación del público, dando lugar al espectador vivo. Algunos siglos después, los romanos recogerían el testigo, generando dos tipos de actos:

  • Fábula palliata: una comedia romana de asuntos griegos.
  • Fábula togata: de asuntos romanos.

Con la llegada del Renacimiento, la comedia se mimetiza hasta el punto de no hacerse reconocible ante sí misma, prescindiendo de su esencia lúdica y cómica. La Divina Comedia de Dante, o La Celestina, etiquetada como comedia humanística, dan fe de este curioso desenlace.

Géneros menores

Entremés

La misma acepción de géneros menores, nos da pista sobre su idiosincrasia. Se conocen de este modo porque son obras de corta extensión, que generalmente se representa en los interludios de una obra de teatro de mayor envergadura. Normalmente, se fija al principio de esta o, como mucho, entre los dos primeros actos.

El entremés es una pieza breve ajena al argumento principal de la obra en la que se introduce, poniendo un acento humorístico que incluye elementos carnavalescos, creando un definido contraste.

Alcanza su cumbre en el siglo XVII, siendo cultivado por innumerables dramaturgos, entre los que cabría mencionar a Lope de Rueda, Cervantes o Quevedo, sin olvidar a Calderón de la Barca. De Cervantes merece la pena subrayar La Cueva de Salamanca o El Retablo de las maravillas, por no hablar de Los Toros o El Borracho de Quiñones de Benavente.

Tras un periodo en el que el entremés quedó huérfano, resurge con fuerza renovada en el siglo XIX, adoptando un nuevo nombre: el sainete.

Clases de teatros
Corral de comedias de Almagro, tal y como era en el siglo XVII

En ocasiones se menciona también el paso, aunque no deja de ser el precursor intelectual del entremés, surgido de la pluma de Lope de Rueda en el siglo XVI que, entre otras cosas, a modo de curiosidad, se suelen referir a él como el primer actor profesional que ha dado España. El punto de encuentro entre estos géneros pone de relieve los vicios, defectos y convencionalismo sociales, enfatizando en su vertiente más mundana, coloquial y popular, lo que de algún modo conecta con el público.

Farsa

A decir verdad, si somos estrictamente formales, los géneros menores no existen en estado puro, sino que son bifurcaciones del género dramático, como sucede en el caso de la farsa, que se produce un desdoblamiento de la forma dramática en su vertiente cómica, adquiriendo un cariz más fantástico y caricaturesco, incidiendo insidiosamente en la conciencia del espectador.

La comedia reconcilia a las personas con su propia condición humana, aliviando sus inquietudes y restándole importancia a los vicios y defectos, mientras que la farsa es más aguada, y hace las veces de dedo acusador, denunciando nuestras depravaciones y miserias, avergonzándolo. Farsas muy exitosas fueron las de comediantes como Chaplin, Max Linder, los Hermanos Marx o Búster Keaton.

Más que un género, se trata un acto que sucede dentro de una obra dramática, y que como suponemos, es interpretado por un único actor. El resto de los figurantes desaparecen de la escena, y la atención se focaliza sobre ese personaje. Estos soliloquios exponen visceralmente las ideas, pensamientos y emociones del personaje, empleándose como herramienta de introspección, ahondando en la profundidad psicológica del personaje, más difícil de sondear por el espectador en el diálogo teatral.

Es frecuente que el monólogo encubra un diálogo que el personaje efectúa consigo mismo, colocando a veces como receptores a seres inanimados o sin inteligencia. La historia nos ha dejado monólogos grandilocuentes como el de Hamlet en su obra homónima, con el famoso «ser o no ser, esa es la cuestión». En resumidas cuentas, es, en efecto, un género lírico, recalcando la subjetividad y el yo.

Vodevil

Vodevil, o teatro frívolo, es una comedia ligera, alegre y desenfada, que toca asuntos amorosos, enredos e intrigas, aderezado con tintes picantes y diálogos que soslayan intenciones sexuales, lo que supuso la desaprobación de la élite intelectual de la época, que lo tachó de espectáculo poco menos que deleznable.

La novelista y ensayista Matilde Muñoz, horrorizada por la influencia del teatro francés en España, dijo, refiriéndose a estos espectáculos de variedades, que es “un género averiado de la sensibilidad francesa, achabacanada y pervertida del segundo Imperio”.

Cosechó un éxito notable en la Francia del siglo XVIII y XIX.

Géneros musicales

Ópera

Del teatro clásico brotan otros géneros consagrados capaces de congregar a miles de espectadores. En la ópera, los personajes se interpelan mediante la voz, dialogando entre ellos valiéndose de recursos tonales y rítmicos, dotando a la obra de un gran dinamismo. La acción dramática confluye en una catarsis donde interviene una orquesta, la danza, los decorados y otros elementos. A su vez, proyecta otros subgéneros, pudiendo distinguir la bufa, seria, legendaria o idílica romántica.

Tal vez nunca hayamos asistido a una ópera, pero sí habremos escuchado algún extracto, percatándonos de que están escritas casi siempre en italiano. Esto es así porque, a finales del siglo XVI, el libretista Laura Guidiccioni y el músico Emilio Cavalieri inauguraron el género, con la controvertida Rappresentazione di anima e di corpo, a caballo entre la ópera y el oratorio. Cavalieri se constata como el compositor del primer oratorio y la primera ópera, por lo que la discusión, hasta cierto, punto carece de sentido.

Zarzuela

Genuinamente española, la Zarzuela es un género musical escénico que contiene partes vocales, con dúos, coros y solos, además de partes instrumentales y habladas, con puntuales excepciones en las que las partes habladas están totalmente ausentes. Recibe su nombre del Palacio de la Zarzuela, actual residencia privada de la Casa Real, en la que se llevarían a cabo las primeras representaciones.

Muestra rasgos inconfundiblemente españoles, y por extensión latinos, turnando la declamación con el canto. La musicalización de los distintos dramas y misterios posee un estilo muy efusivo y vehemente, considerándose a El jardín de Farelina, de Calderón de la Barca, estrenada en 1648, como la primera zarzuela de la historia.

Musical

Más en boga que los géneros anteriormente mencionados, o al menos más aclamado por el gran público, los musicales parecen ser la evolución lógica del teatro en nuestros tiempos.

La acción se desenvuelve ágilmente, poniendo especial atención en la escenografía, con secciones cantadas y bailadas, precedidas de diálogos más bien breves.

Tipos de teatros
Obama conociendo al elenco de la obra musical Hamilton

Sus principales sedes son West End, en Londres, y Broadway, en el Estado de Nueva York. Es posible que hayamos tenido la infinita dicha de disfrutar de estos mágicos espectáculos, como El Rey León, que desde el año 1997 es el musical más vendido del mundo, con 100 millones de espectadores a sus espaldas.

Modernismo

Las líneas que separan las distintas corrientes artísticas son tan difusas como los eslabones de la cadena evolutiva. El punto de partida del modernismo suele coincidir con la publicación de Azul, de Rubén Darío, influyendo en el teatro y su concepción.

A finales del siglo XIX se acometen profundos cambios que rompen las prosaicas cadenas forjadas en la antigua Atenas, revolucionando la estética del teatro y fomentando la crítica hacia la burguesía y el poder institucional.

A mediados del siglo XX, en Europa, comienza a fraguarse el teatro posmoderno como respuesta al teatro modernista, que no dejaba de ser una reminiscencia de los postulados de Aristóteles, los mismos que desplegaban un mundo repleto de verdades universales, en contraposición al caleidoscópico posmodernismo.


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Referencias, créditos & citaciones APA
Revista educativa CursosOnlineWeb.com. Equipo de redacción profesional. (2022, 11). Tipos de teatro. Escrito por: Javier García. Obtenido en fecha 03, 2024, desde el sitio web: https://cursosonlineweb.com/teatro.html

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