¿Qué es el renacimiento?
El renacimiento es el extraordinario período literario, filosófico y científico que floreció en Italia entre 400 y 500. ¡Giorgio Vasari fue el primero en usar el término renacimiento para indicar la renovación de la pintura presentada por Cimabue y Giotto!
Los hombres de la cultura italiana del siglo XV consideraban la Edad Media un período de barbarie y decadencia. Las características distintivas del Renacimiento fueron el amor y el interés en cada manifestación cultural del mundo antiguo y la conciencia de la centralidad e importancia del hombre que con su inteligencia podría crear y promover su destino.
¿Cuáles son las características del renacimiento?
La celebración del valor del hombre se expresa en la tesis del hombre como un microcosmos, la síntesis viviente del Todo.
La defensa de su dignidad va acompañada del rechazo del ascetismo medieval, la concepción de la vida como un compromiso concreto y no como un escape.
De ahí también la idea de eudaimonia, es decir, de la felicidad como una realización completa de las posibilidades humanas.
Otra característica importante es la nueva concepción del conocimiento y de las diversas disciplinas. En contraste al universalismo medieval, en la que se unificaron y la lengua supranacional y la visión cristiana del mundo, el Renacimiento, después de haber completado la ruptura de la unidad política anterior, también rompe la unidad cultural. Las disciplinas, de hecho, reclaman cada una su propia libertad operativa.
El problema de las relaciones entre la Edad Media y el Renacimiento es un tema central en el debate historiográfico y presenta tres teorías diferentes.
Una primera teoría, llamada fractura, se opone a una Edad Media trascendente, geocéntrica y universalista, un Renacimiento inmanentista, antropocéntrico e individualista.
La teoría de la continuidad se opone a la primera, y su principal representante fue Burdach, que insistió en los vínculos entre las dos civilizaciones, por ejemplo, la identificación de la génesis del Renacimiento en las demandas de renovación religiosos en San Francisco.
Finalmente, una tercera teoría de la originalidad en continuidad concilia las dos tesis anteriores, apoyando al mismo tiempo la singularidad irreductible del Renacimiento y las relaciones de continuidad con la Edad Media.