El término excluir proviene de excludere, que quiere decir “Sacar algo o alguien de un conjunto” y también “Rechazar”. Por otro lado, la palabra social deriva del latín socialis, que significa “perteneciente a la comunidad de personas”. Así, tenemos que exclusión social refiere al rechazo de un grupo de personas hacia un individuo o grupo minoritario.
En sociología, se habla de la exclusión social como un fracaso de la sociedad. Cuando hay exclusión social, ciertos individuos no reciben derechos ni beneficios que normalmente están a disposición de sus todos.
Es un proceso complejo y multidimensional. Implica falta o negación de recursos, derechos, bienes y servicios. También supone la incapacidad de participar en relaciones y actividades de la sociedad, en el ámbito económico, socio-cultural o político. Afecta tanto la calidad de vida de los individuos como la equidad y cohesión de la sociedad en su conjunto.
La exclusión social es una forma de discriminación, siendo su única solución la “Inclusión social». Ésta última busca que todos tengan plena participación socio- económica, y que puedan gozar de beneficios y derechos por igual.
Indice
Los procesos de exclusión suelen tener varias dimensiones, cuyas razones pueden estar interconectadas o superpuestas. Dada la complejidad de las influencias sobre los individuos, es imposible identificar una sola causa específica para la exclusión social.
Las personas pueden ser excluidas deliberadamente por parte de otros (por ejemplo, discriminación por parte de los empleadores). También como resultado de procesos en la sociedad que no implican acción deliberada. O incluso por elección. Sin embargo, más generalmente, las causas de la exclusión social pueden atribuirse a las operaciones de relaciones de poder desiguales.
Los distintos tipos de exclusión social son los siguientes:
Exclusión política
Puede incluir la denegación de los derechos ciudadanos, como la participación política y el derecho de sindicación. También derechos de seguridad personal, Estado de derecho, la libertad de expresión y la igualdad de oportunidades.
Existen vínculos claros entre el concepto de exclusión social y un enfoque del desarrollo basado en los derechos. El análisis de la exclusión social puede ayudar a identificar a qué grupos se les niega el acceso a sus derechos. También contribuye a determinar qué actores u organizaciones están bloqueando su acceso.
Un análisis de la exclusión social es útil incluso cuando los derechos no están en mesa de discusión. Puede ayudar a centrar la atención en aquellos dentro de la sociedad a quienes se niega el acceso a recursos. Por tanto, la exclusión social también se relaciona con el desarrollo de la ciudadanía, participación, democratización y rendición de cuentas.
Exclusión basada en la posición económica
Incluye la falta de acceso a los mercados de trabajo, crédito y otras formas de «activos de capital». La distribución de los recursos y la acumulación de riqueza es un proceso desigual. Se basa en relaciones de poder, capacidad de ejercer presión e influir en el gobierno y en políticas gubernamentales.
También se refiere a la exclusión total o parcial de los trabajadores de tres mercados básicos: trabajo, crédito y seguros. Si bien esta exclusión juega un papel importante en la reproducción de la desigualdad, también es el resultado de desigualdades. La situación educativa, en particular el analfabetismo, puede ser una causa importante de exclusión del mercado de trabajo.
Pueden adoptar la forma de discriminación a lo largo de varias dimensiones, incluyendo el género, la etnia y la edad. Esto reduce el acceso de dichos grupos a servicios sociales y limita su participación en el mercado de trabajo.
La exclusión social es a menudo efecto del proceso de discriminación en base a la identidad cultural, social y/o racial. Esta discriminación puede generar poderosos procesos de exclusión. Puede ser sistemática e intencional, resultado de políticas que están integradas en las instituciones formales del Estado.
Los procesos y prácticas discriminatorias también pueden estar profundamente arraigados en el funcionamiento de los mercados de trabajo. Asimismo, pueden ser reforzados por la religión, tradición y prácticas culturales e incrustados en actitudes sociales, comportamientos y prácticas dominantes.
Las causas y las experiencias de las diferentes formas de exclusión también se combinan en intersecciones complejas. Las personas pueden estar en desventaja en un aspecto (por ejemplo, las mujeres con respecto al género). A su vez, pueden estar privilegiadas en otro (por ejemplo, casta superior).
Exclusión basada en factores espaciales
Las desigualdades espaciales incluyen las disparidades entre zonas rurales y urbanas, y también entre zonas geográficamente favorecidas y las desfavorecidas. La desventaja espacial puede resultar de la lejanía de un lugar, que dificulta a sus habitantes participar en procesos socioeconómicos.
También puede operar mediante la segregación de los entornos urbanos y las «subculturas» de la violencia, delincuencia, drogadicción y miseria. Dichas subculturas a menudo caracterizan los barrios marginales urbanos y barrios excluidos.
Las actividades de importancia económica y política suelen concentrarse en los centros urbanos. Estos centros también se benefician de una afluencia constante de nuevos recursos materiales, financieros y humanos desde las periferias. Las políticas gubernamentales también pueden estar sesgadas hacia estas áreas. Como resultado de esto, las áreas periféricas a menudo tienen dificultades para el desarrollo económico autosostenible.
Exclusión basada en migración
La migración puede actuar como una forma de salir de la pobreza y como causa de exclusión social. Las remesas externas ayudan a los hogares a aumentar sus niveles de ingreso y capacidades para enfrentar choques socioeconómicos.
Sin embargo, los migrantes rurales-urbanos generalmente no se benefician de los mismos derechos políticos y socio-económicos que otros ciudadanos urbanos. A menudo se encuentran en empleos precarios y mal pagados. O se concentran en áreas vulnerables como los barrios de tugurios y las urbanizaciones privadas, con altos niveles de criminalidad.
Condiciones similares también pueden afectar a veces a inmigrantes extranjeros o grupos de refugiados, generando desconfianza mutua y resentimiento. Las tensiones entre «anfitriones» e inmigrantes pueden ser aumentadas por la percepción de la «alteridad» religiosa, étnica o cultural.
Cuando la política, directa o indirectamente, discrimina a las poblaciones inmigrantes y migratorias, este proceso puede ser cíclico. Conduce a un bajo nivel educativo, un bajo nivel de empleo, vulnerabilidad a la delincuencia y las consiguientes tensiones comunitarias. Por lo tanto, existe el temor de que la exclusión de los migrantes pueda suponer una amenaza para la estabilidad.
