Te hablamos sobre los diversos tipos de desinfectantes existentes, profundizando sobre los esterilizantes y los desinfectantes DAN, DNI y DNB.
Además, te contamos la diferencia entre desinfectante y antiséptico y te mostramos las situaciones en las que podría resultar útil utilizar este tipo de productos.
Indice
Tipos de desinfectantes
Desinfectantes para la esterilización
Son aquellos desinfectantes que nos libran de los microorganismos. Básicamente, todos los que se encuentran en supermercados. Los mismos son diseñados, validados y certificados para la eliminación de la carga microbiana descrita en las capacidades del producto e, incluso, algunos más resistentes.
Como ejemplo habitual, describimos al glutaraldehído, derivado de los aldehídos, que son los tipos de desinfectantes utilizados para material de laboratorio, centros de salud y demás equipos médicos.
En otros tiempos se utilizaba el óxido de etileno, mas el mismo ha venido en desuso como agente esterilizante, ya que posee elementos cancerígenos. Su uso pasó a ser potestad de los gobiernos y sus agencias especiales en el campo de la química, la salud y la alimentación.
Desinfección de alto nivel (D.A.N.)
Es un procedimiento realizado, ya sea de forma manual o con máquinas diseñadas para la desinfección, enfocado en la destrucción de microorganismos, esporas y hongos.
Los tipos de desinfectantes que destacan en este grupo son el formaldehído, que se encuentra en productos para la vida privada y la salud pública, además de la desinfección en la higiene veterinaria, gracias a su espectro incisivo contra las bacterias, virus no envueltos y envueltos, hongos, esporas y levaduras, además de eliminar rastros de sangre en elementos sujetos a biopsia.
El glutaraldehído entra también en esta categoría, así como ha sido descrito anteriormente, anexando el material de odontología y de laboratorios especiales, como aquellos donde se hacen estudios genéticos o con células madres, donde los procesos de esterilización se duplican.
El hipoclorito de sodio al 1%, por ser de uso comercial más regular y un precio menor, entra entre los tipos de desinfectantes más habituales, con el poder para desinfectar superficies, ropa de hospital, ropa de uso en centros de procesamiento de alimentos o quienes tratan con aguas residuales u otros agentes contaminantes, como carnicerías, pescaderías, fungiendo además como eliminador de malos olores. En la cantidad adecuada, contribuye a la desinfección del agua en tanques y piscinas. No es del todo recomendable para superficies metálicas, ya que puede carcomerlas.
Desinfección de nivel intermedio (D.N.I.)
Con esta se logra inhibir, entre otras, las bacterias tuberculosas o gripales, las vegetativas, los hongos levaduriformes y gran cantidad de virus. Es en extremo limitado para las esporas bacterianas.
Casi todos los tipos de desinfectantes para estas operaciones poseen como componente activo al alcohol etílico al 70%, el cual, entre otras ventajas, resulta poco o nada dañino para la piel (debe evitar que toque las mucosas y su ingesta). Esto cuando está en su estado puro (salvo la dilución) ya que si es parte de otros componentes para un desinfectante de marca comercial, no convendría para la piel por su aroma, color y porque podría manchar de forma permanente la ropa clara o desteñir la oscura.
De resto, el alcohol etílico al 70% puede matar hasta un 90% de bacterias, por igual en todo tipo de superficies, como la piel, por ejemplo. Es de uso mayor, por ser de venta libre. Sí no estuviese al 70%, no se recomienda duplicar las dosis, no será forma segura de lograr efectividad; sólo puede duplicar el uso semanal, para equiparar.
Desinfección de nivel bajo (D.N.B.)
Con estos tipos de desinfectantes se pueden inhibir e incluso destruir o disminuir su reproducción a las bacterias en su mayoría, cuando estas se encuentran en estado vegetativo, además de algunos virus (salvo VIH y VHB) y varias esporas.
Los más comunes son los compuestos de amonio cuaternario, que se utilizan en jabones, champús y algunos bactericidas comerciales para eliminar gérmenes, bacterias, hongos e hifas, además de fungir como espermicida para desinfección de áreas donde caigan flujos de la zona genital masculina.
Estos se encuentran en la mayoría de los tipos de desinfectantes de uso comercial, que claramente fungen como preventivos, siendo necesaria en ciertos períodos al menos una desinfección de nivel intermedio como factor de prevención.
Antisépticos VS desinfectantes
Una mala asociación de palabras puede acarrear confusiones. Si bien en nuestra piel u órganos podemos tener infecciones, no existen entre los diversos tipos de desinfectantes a citar, los apropiados para ello. Ante esas situaciones, consulte a su médico.
Y es que los desinfectantes son para productos no orgánicos, ya que poseen una composición química capaz de destruir gérmenes patógenos, gracias a su alta toxicidad celular.
La desinfección pues, es para las cosas. Para los humanos, al menos en el uso tópico, los productos indicados son los antisépticos, que por sus capacidades antimicrobianas, se pueden aplicar en tejido orgánico. Ya los profesionales de la salud sabrán cuáles aplicar para la vía oral o parenteral.
¿Por qué utilizar desinfectantes?
Los tipos de desinfectantes que encontramos en el mercado limpian, pulen y, gracias a los componentes químicos con los que son mezclados por las diversas empresas fabricantes, no dañan los materiales, como sanitarios, pisos, grifería, etc.
Reducen los efectos de la contaminación, materiales viscosos o aceitosos, pelo de animal, hollín, ácaros e incluso las bacterias que expelemos los humanos.
Aunque existen diversos tipos de desinfectantes en el mercado, un agente patógeno que suele ser muy resistente a ellos son las esporas. Contra estas es altamente efectivo el dióxido de cloro, un oxidante que es utilizado mayormente como fumigante y para esterilizar material médico y de laboratorio.
Una reflexión sobre los tipos de desinfectantes
Cada nivel de trabajo y coexistencia amerita distintos procedimientos y recursos para mantener la higiene y control epidemiológico en niveles humanamente controlables y aceptables para el buen transcurrir de la vida.
Si bien algunos agentes patógenos poseen un tiempo de vida muy corto como para desarrollar su infección, su presencia consuetudinaria y desde varios flancos (la suma de virus, bacterias, gérmenes, hongos y polución), si dejarán rastros que podrían ser indelebles y marcar negativamente la vida de las personas.
Por lo tanto, la desinfección ha de ser la más adecuada, fijándose claramente en los componentes químicos, más que en la marca o el precio.
En el momento de hacer los requerimientos, las personas encargadas han de evaluar que en su fórmula se encuentren los componentes antes descritos y en el porcentaje adecuado. Aunque exista alternabilidad de proveedores, lo que importa es que en los tipos de desinfectantes utilizados se mantenga el activo adecuado para contrarrestar la carga microbiana.
Ello aplica por igual para el hogar. Y recuerde, si el activo no es apto para la materia orgánica (humana, animal y vegetal), no proceda con su uso, sea cual fuere la intención en su dosificación.