Este término, neoclasicismo (“nuevo clasicismo»), se utiliza para indicar el período comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII (en plena iluminación) y las primeras décadas del siglo XIX, a un movimiento de carácter artístico, que en un segundo momento también implicó el campo de la literatura, que lleva el nombre de neoclasicismo.
El punto de partida coincide con las excavaciones llevadas a cabo por Winckelmann , Pompeya y Herculano, símbolos de la cultura clásica.
Esta importante excavación arqueológica despertó el interés público en el mundo clásico y sus ideas (en particular, el ideal de la armonía y el ideal de la belleza).
Esta nueva corriente invirtió en Europa y especialmente en Italia, que siempre había tratado de mejorar, incluso en épocas anteriores, la cultura clásica. La imitación del mundo clásico fue codificada por el propio Winckelmann, en su libro «History of Ancient Art«.
Indice
¿Cuáles son las características del neoclasicismo?
Descubrió la arqueología.
El neoclasicismo descubrió la arqueología y propuso el logro de un ideal de belleza inspirado en la actitud del mundo clásico; no es un escape sino una afirmación, en una época de abusos y revueltas, de los grandes ideales (patria, pueblo, libertad…) que se identificaron con la belleza.
La búsqueda de la perfección.
Además de la búsqueda de la perfección, la imitación de los clásicos y la llamada a griegos y romanos, también incluyen una relación diferente entre artista y público, una correspondencia gestual y expresiones psicológicas de la figura, un fuerte simbolismo y un uso del arte como herramienta de propaganda.
Antonio Canova (Possagno, Treviso 1757 – Venecia 1822), el mayor escultor neoclásico de Europa, no afirmó la imitación de obras clásicas, sino la imitación de la forma en que el artista del mundo clásico había imitado la naturaleza, que es también el punto de partida de lo neoclásico.
«La obra de arte es una expresión del hermoso ideal, alcanzable al no imitar a la naturaleza, sino al elegir las partes más bellas y fusionarlas.
Solo los griegos han logrado el bello ideal, por lo que el trabajo griego es el único que se puede imitar».
