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Características de Paris

Torre Eiffel

«Siempre nos quedará París». Estas palabras, pronunciadas por Humphrey Bogart, en el papel de Rick, a una bellísima Ingrid Bergman, interpretando a la idealista pero ingenua Ilsa, han quedado grabadas en la retina de todos los cinéfilos como una declaración implícita de lo que significa aceptar, con resignación y estoicismo, una realidad que viene impuesta por las inescrutables circunstancias. Oh, París, ciudad del amor, donde compartían espacio prostitutas, poetas, borrachos y toda clase de hombres abominables.

La Ciudad de la Luz, faro de la civilización occidental, y segundo destino turístico del mundo, con más de 6,5 millones de vistas al año, tan solo por detrás de Londres. París es un alegato al buen gusto, el elitismo y la alta cultura, algo que no solo trasluce en su espléndida y majestuosa arquitectura, sus letras y sus obras pictóricas, sino que también queda patente en su exquisita gastronomía. El lema Liberté, égalité, fraternité, proclamado en la toma de la Bastilla, encierra siglos de doctrina judeo-cristiana.

Historia

De la Edad Antigua al París contemporáneo

Las inolvidables aventuras de Astérix y Obélix, además de formar parte de la infancia de millones de personas, habiéndose traducido a 111 idiomas y dialectos, nos mostraba a un pueblo galo aguerrido e inmisericorde con el gran Gayo Julio César. Pese a que se trata de una ficción que se toma infinidad de licencias, coge prestados algunos elementos reales, estando claramente inspirada en las hazañas de Vercingétorix, el rey de los pueblos arvernos que hizo tambalear los mismos cimientos del Imperio Romano allá por el 52 a. C.

Por si fuera poco, la acción de los comics transcurre en la Ile de la Cité, lugar donde el pueblo galo de los parisios, estirpe de pescadores celtas, estaba instalado desde el año 300 a.C. Finalmente, en el año 52 a. C, los romanos consiguen tomar la ciudad, y la bautizan como Lutecia, para más tarde, en el siglo I, reconstruirla a orillas del río Sécuana. Nunca fue un distrito particularmente importante para el Imperio Romano, contando tan solo con una población 8000 habitantes.

El nombre de París le es impuesto en el siglo IV, tomando relevancia cuando, Clodoveo I, rey de los francos y artífice de la unificación de Francia, la convierte en su capital en el año 508, con motivo de la victoria sobre los romanos. La dinastía de los Capetos, el linaje más influyente de Europa, se alza con el trono de Francia en 987, consagrando unos años más tarde a París, de la mano de Felipe Augusto, como la capital del reino. Sin lugar a dudas, la llegada de la Edad Contemporánea coincide con el despertar de la ciudad.

Durante este periodo, se suceden ondas transformaciones socioculturales, que configurarían los cimientos de lo que es París en la actualidad. En el año 1500, se convierte en una de las ciudades góticas y renacentistas más importantes de su entorno, alcanzado una población de más de 185.000 habitantes según censos de la época, tornándose la ciudad más grande Europa tras Constantinopla. En el tramo final del siglo XVIII, se produce la Revolución Francesa, con la toma de la Bastilla, heredera espiritual de la democracia.

Siglo XX

París vivió uno de sus episodios más trágicos en el marco de la Segunda Guerra Mundial, en 1940, momento en el cual la ciudad fue ocupada por la Wehrmacht. Cuatro años estuvo la ciudad tutelada por las fuerzas de ocupación nazi. Sin embargo, no causaron especiales destrozos, por lo que la ciudad pudo regresar a una relativa tranquilidad rápidamente. Los aliados no consideraban a París un territorio de importancia estratégica, por lo que, en primera instancia, rehusaron de liberarla, aunque pronto serían convencidos por De Gaulle.

Arco del Triunfo de Paris
Arco del Triunfo

El general, que impuso su mandato entre los años 1958 y 1969, pasó de ser repudiado a convertirse en héroe, erigiéndose el arquitecto de la V República. Aun así, sus diversos acontecimientos de calado sacudieron la ciudad bajo su edicto. Destacar la violenta manifestación a favor de la Independencia de Argelia del año 1961, que detonó una guerra sin cuartel contra al grupo terrorista FLN. La fuerte represión hizo mella en su popularidad, que continuó deteriorándose durante las revueltas del 13 mayo, o mayo francés.

No obstante, aunque estos disturbios le costaron la desaprobación de parte del electorado, revalidó el mandato. La administración de François Mitterrand, durante la década de los 80 y comienzos de los años 90, sirvió para remodelar algunos sectores descuidados y conflictivos de la ciudad, especialmente en los barrios de la ribera izquierda. Se levantaron edificios emblemáticos, como la Biblioteca Nacional y el Arco de la Defensa, así como se acometieron reformas en el Museo del Louvre, con la icónica pirámide.

Pirámide del museo del Louvre
Pirámide del museo del Louvre

La historia reciente nos ha dejado también hechos tan trágicos como deleznables, perpetrados por radicales islámicos que han puesto en el punto de mirada a la ciudad. El 13 de noviembre de 2015, varios atentados llevados a cabo de manera casi simultánea sesgaron la vida a 131 personas, en Saint Denis, junto al estadio de Francia, y en el corazón de París, en la sala Bataclan. El 15 de abril de 2019, la ciudad enmudecía de nuevo por el incendio de una de sus joyas arquitectónicas, la catedral de Notre Dame.

Arquitectura

Muchos afirman que el patrimonio arquitectónico que atesora París, solo es comparable con el de Roma, algo no exento de recompensa, pues desde el año 1991, las Riberas del Sena, en París, son consideradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Hasta bien entrado el siglo XIX, Alemania, se había considerado la cuna de la arquitectura gótica, cogiendo esta idea de los primeros textos renacentistas, que ubicaban el surgimiento de este estilo en las orillas del río Rin, a su paso por el país germánico. Este hecho ha sido desmentido por los academicistas, señalando a París como cuna de la arquitectura gótica, siendo uno de sus máximos exponentes la basílica real de Saint-Denis, primera que se construyó con un marcado estilo gótico, extendiéndose luego a otras partes de Francia y Europa. El París que todos conocemos es el resultado de un faraónico plan de remodelación que se ejecutó en el siglo XIX. Las entrañas de la ciudad, descritas en la obra literaria Los tres mosqueteros, estaban compuestas por casas medievales y estrechas calles.

Santa Capilla (Sainte-Chapelle)
Santa Capilla (Sainte-Chapelle)

En 1852, el barón Haussmann, proyectó un ambicioso plan urbanístico que catapultaría la ciudad, demoliendo las ajadas viviendas y oscuras calles, al mismo tiempo que edificaba amplias avenidas donde comenzaron a surgir edificios de piedra, de corte neoclásico, que acabarían sirviendo como residencia a la alta burguesía. Asimismo, en el siglo XIX se redactó el código de construcción de la ciudad, donde se especifica la anchura mínima de las calles, perdurando hasta nuestros días con leves modificaciones.

Los parisinos y servidores públicos guardan celosamente este patrimonio y, en este esfuerzo denostado por sobreponerse al crecimiento poblacional de la ciudad, han surgido voces discrepantes. Bajo esta premisa, se ha hecho imposible que la ciudad siga creciendo para albergar nuevos edificios o servicios públicos, trasvasando el centro urbano a la periferia, lo que ha encarecido sobremanera el centro urbano. Incluso los Archivos Nacionales de Francia y las principales escuelas de renombre, están trasladando su actividad.

Economía

Comercio de gran lujo

La avenida de los Campos Elíseos, citada no en vano en algunas ocasiones como la avenida más hermosa del mundo, es la artería comercial principal de París. Antaño fue un jardín y, ahora reconvertida en gran avenida, conectando a su paso el Arco del Triunfo con la Plaza de la Concordia, presume de ser una de las más exclusivas zonas de compras del mundo, albergando grandes firmas como Dior, Chanel, Louis Vuitton, Givenchy y Lacoste, situados en sus inmediaciones, en la Avenue Montaigne.

Como capital de la moda, es famosa por ser sede de marcas de prestigio mundial, como Christian Lacroix y Hermès, sin olvidar el rentable sector de los cosméticos, como L’Oréal o Sephora. La tura del comercio parisino estaría incompleta sin una mención al mercado de Les Halles, antiguo centro de venta de carne y otros productos, protagonista indiscutible de la gastronomía francesa. El mercado fue demolido en 1917, dejando paso al vasto centro comercial Fórum des Halles, que recibe más de 30 millones de personas al año.

Bastión de las conquistas sociales

18 de marzo de 1871. Artesanos y obreros de la ciudad de París toman al asalto el control de la ciudad, hazaña que lograrían mantener por 71 días. La Comuna de París quedó entonces irremediablemente ligada a la Internacional, plantando una semilla en la conciencia de la clase obrera. Pese a que finalmente fueron derrotados en un baño de sangre, su importancia a nivel global no deja de ser objeto de discusión, llegando a captar la atención de un mundo que se debatía entre el comunismo y el capitalismo.

De allí surgirían numerosas corrientes ligadas al socialismo, adoptando alguno de los símbolos de los que la izquierda hace actualmente bandera. Las conquistas sociales alcanzadas por los franceses, no están relacionadas directamente con aquellos hechos, pero sí dejan patente la unión colectiva del país, que históricamente ha destacado por proveer a sus ciudadanos de un sistema de cobertura que garantiza su igualdad, no solamente ante la ley, creando un programa universal de seguridad social que es la envidia de medio mundo.

Cultura

Gastronomía

La gastronomía parisina es, por méritos propios, una de las más apreciadas del mundo. Se caracteriza por su variedad y refinamiento, pudiendo sentir su influencia en todas las cocinas del mundo occidental, que han incorporado platos, técnicas e, incluso, el vocabulario habitual de los gastrónomos y cocineros franceses. Goza de una reputación internacional envidiable, y se disputa el puesto de mejor gastronomía del mundo con países como España, Grecia, Italia o, al otro lado del charco, México.

Nombres que han dejado un legado impagable en forma de platillos deliciosos: Escoffier, Ducasse o el mismo Bocuse, el fundador e impulsor de la nouvelle cuisine, de la que luego otros famosos cocineros recogieron el testigo. Tanto es así que, desde el 16 de noviembre de 2010, está incluida, junto a otras tres gastronomías, en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Algunos productos internacionalizados son la mantequilla, el foi gras, las setas o el vino.

Séptimo arte

Francia es uno de los países que mayor poso ha dejado en la historia de la cinematografía moderna en el mundo. Los hermanos Lumière son los inventores del cine, ya que introdujeron el cinematógrafo, realizando una ingente cantidad de películas y sentando así las bases de la industria venidera. A finales de la década de 1950, especialistas de la revista Cahiers du Cinéma promulgaron una nueva corriente de cine francés que pasaría a la historia del cine como Nouvelle vague, un movimiento artístico disruptivo que ponía patas arriba, tanto en lo visual como lo narrativo, el cine imperante en la época, de la que es representante Jean-Luc Godard, entre otros. Muchos de los escenarios que aparecen en las películas de la Nouvelle vague, capturan un retrato costumbrista de la ciudad de París.


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Referencias, créditos & citaciones APA
Revista educativa CursosOnlineWeb.com. Equipo de redacción profesional. (2022, 10). Características de Paris. Escrito por: Javier García. Obtenido en fecha 04, 2024, desde el sitio web: https://cursosonlineweb.com/caracteristicas-de-paris.html

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