Skip to content

Características de la Luna

Luna llena

«Es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad». Estas palabras fueron pronunciados por Neil Armstrong, mientras descendía por la escalera del módulo lunar bautizado como Eagle (águila), segundos antes de posarse sobre la superficie de la Luna.

Descubramos más sobre nuestro querido satélite, del que se han escrito odas y del que muchos poetas, escritores y románticos han quedado prendidos.

Importancia de la Luna

Para muchos, el hito más importante de la historia de la humanidad; para otros, una engañifa perpetrada en unos estudios cinematográficos. La Luna siempre ha sido objeto de admiración y misticismo, llegándole a atribuir poderes preternaturales, ocupando así un lugar relevante en la mitología explicada a través de diferentes culturas. Los cultos a la Luna, su simbología y ese efecto premonitorio tan presente en algunos pueblos, la han envuelto siempre en un halo de misterio. Quizá, una de las creencias más arraigadas es la que tiene que ver con su vínculo con el sexo femenino. Los ciclos lunares, al igual que periodo femenino, tienen una duración de 28 días.

Sin embargo, este artículo tratará de descubrir la Luna desde un punto de vista astronómico, que resulta tanto o más sorprendente y apasionante que las leyendas que circulan sobre ella. Es, como muchos sabrán, el único satélite natural de la tierra, revelándose como uno de los cuerpos celestes más importantes para el hombre. Después del sol, es el cuerpo más brillante que podemos avistar desde la Tierra, dado que es capaz de reflejar entre un 3 % y 12 % de la luz que recibe directamente del astro rey. En español, el satélite recibe el nombre que le otorgaron los romanos, mientras que los griegos se referían a ella como Ártemis o Selene, mismo nombre que se le daba a la diosa lunar.

Su influencia sobre nosotros no se circunscribe únicamente a la superstición. Debido a su gran tamaño en relación con nuestro planeta, ejerce un fuerte atracción gravitatoria, estabilizando el eje de rotación terrestre y causando las mareas, entre otras cosas indispensables para la vida.

Características generales de la Luna

  • Tiene un radio total de 1.737 km con una masa de 7.342 * 1.022 kg.
  • La distancia entre la luna y la tierra oscila entre 362.600 y 405.400 km.
  • El período orbital dura 27 días 7 horas 43 minutos, mientras que el sinódico dura 29 días 12 horas y 44 minutos.
  • La inclinación de su órbita es de 5,145º.
  • Las mareas son causadas por la fuerza gravitatoria de la luna.
  • Tiene un núcleo en el que abunda el hierro, con un manto compuesto principalmente por magenio, oxígeno y silicio.
  • Como anticipábamos, tuvo actividad geológica, llegando a estar cubierta por un océano de magma.
  • En la superficie, encontramos principalmente polvo y rocas, además de multitud de cráteres.
  • Los cráteres son muy habituales, siendo el principal la Cuenca Aitken-Polo Sur, que cubre un cuarto de su superficie.
  • La misión Lunar Prospect encontró agua a finales de los 90, y actualmente se cree que contiene agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, porcentaje insignificante en la tierra, pero sorprendente para la Luna.

Origen de la Luna

¿Cómo se formó? Es probablemente la primera pregunta que nos hacemos. La teoría más aceptada cuenta que la Luna surgió hace 4.500 millones de años, a consecuencia de una colisión entre la Tierra y Tea, un antiguo planeta del Sistema Solar que tendría un tamaño similar al de Marte, del que, además, la Tierra habría captado gran parte del agua que posteriormente sería ingrediente principal de la receta de la vida.

Esbozar respuestas de este calado, no es tarea sencilla, y aun a día de hoy, este origen es discutido y discutible, pues en un principio, esta hipótesis era respaldada por la a priori similitud entre la composición de la Tierra y la Luna. A pesar de ello, algunos hallazgos evidencian que estos parecidos son precisamente el escollo principal de la suposición, poniendo de relieve la imposibilidad de que la Luna estuviera compuesta por restos de Tea.

En cualquier caso, actualmente sabemos más sobre la Luna de lo que sabíamos hace 50 años. Fue tras el Apolo 11, cuando la teoría del gran impacto cobró fuerza, siendo sustentada en sucesivas simulaciones, cada vez más detalladas, que tenían en cuenta, entre otras cosas, las muestras recogidas en la misión. A partir de estas muestras, supimos de la formación ígnea de la Luna, sospechada por la presencia de anortosita, que componía extensos mares basálticos con una edad estimada en 3.600 millones de años, lo que llevó al consenso científico: la luna no se podía haber formado mediante el colapso gravitacional en el anillo de polvo y gas del sol primigenio. Sin lugar a dudas, fue concebida en una colisión violenta, ocasionando un inmenso océano de magma.

Órbita de la Luna

La Luna describe una órbita ligeramente elíptica, de baja excentricidad, lo que le lleva a alcanzar una distancia oscilante, que va desde los 405.400 kilómetros en su punto más lejano, hasta los 362.600 kilómetros, en el más cercano, girando en sentido antihorario. La órbita de la luna no coincide con la de la Tierra, dado que ambas están inclinadas entre sí dibujando un ángulo de unos 10º. Este hecho, hoy sobradamente estudiado, siempre ha causado gran desconcierto entre los astrónomos, aunque creen haber dado con una respuesta lógica que explicaría dicha anormalidad.

Cuando se formó el satélite, producto de la colisión, se liberó una ingente cantidad de escombros que habrían estado orbitando alrededor de nuestro planeta, para más tarde condensarse y dar lugar a la Luna. La compactación propició un aumento de su gravedad, produciendo mareas gravitacionales que acabaron por desintegrar el cinturón sobrante de polvo y rocas, lo que casi con total seguridad logró deformar la órbita lunar. ¿Curioso, verdad?

En ocasiones, entender la órbita de la luna resulta una tarea compleja, y de hecho, en el ámbito de la mecánica celeste, lo es. Empecemos de nuevo por el principio. La distancia máxima entre la Tierra y la Luna, se denomina apogeo, y la mínima perigeo, por lo que, cuando se producen las vistosas superlunas, nuestra satélite está en pleno perigeo. Asimismo, la órbita de la Luna se encuentra inclinada a 5,1º con respecto al plano de la eclíptica, o sea, al plano que describe la órbita terrestre.

La inclinación favorece que la Luna se encuentre casi siempre por debajo o por encima de este plano. En la trasgresión de un plano a otro, como es de suponer, la órbita de la luna se alinea con la eclíptica, y justo esa intersección, se denomina nodo, que por supuesto, se produce en ascendente y descendente. Este suceso engendraría el fenómeno de los eclipses, tanto de Sol, como de Luna.

Ocurre que los tres astros se encuentran en el mismo plano; si la Luna está en conjunción con el sol, o sea, entre la Tierra y el Sol, en fase de Luna nueva, se origina un eclipse de sol. En cambio, si la observamos en oposición al sol, o lo que es lo mismo, que la Tierra interfiera entre ellos, y por dicho motivo, esté en Luna nueva, se genera un eclipse de Luna.

Su cara oculta

Otro aspecto relevante del movimiento de la Luna, es el que atañe a la rotación síncrona. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente, que su velocidad de rotación es equivalente a su velocidad de traslación, o en otras palabras; tarda lo mismo en dar una vuelta alrededor de la tierra que en dar una vuelta sobre sí misma.

Esta sincronicidad, que pudiera parecer algo extraordinaria, motivado por alguna fuerza divina o fruto de un azar, es algo bastante frecuente en los cuerpos celestes de dimensiones significativas. Se origina debido a la íntima interacción gravitatoria entre la Luna y la Tierra, impidiendo que veamos una de sus caras.

Fue fotografiada por primera vez por la sonda soviética Luna 3, en 1959. Más tarde, en el año 2018, China lanzaría una sonda dedicada en exclusiva a prospectar la cara oculta de la Luna. Es una zona inhóspita, mucho más accidentada que la cara visible y, posiblemente, con una mayor riqueza en minerales y tierras raras.

Las fases lunares

Como ejemplifica la imagen expuesta a continuación, la Luna atraviesa diferentes fases, como consecuencia de los cambios de iluminación producidos por el sol. Si nos detenemos alguna vez a observar la Luna, veremos que unos días está radiante, completa, mientras que otros se presenta prácticamente imperceptible, ensombrecida. Esto sirvió para la creación de calendarios, para medir de manera exacta el tiempo.

Fases de la luna

Entre tanto, pasa por cuatro etapas, cada una de ellas bien definidas:

  • Luna nueva
  • Cuarto creciente
  • Luna llena
  • Cuarto menguante

A su vez, a estas cuatro fases lunares, podríamos añadir otras cuatro más específicas como interludios:

  • Creciente cóncava
  • Creciente convexa
  • Menguante convexa
  • Menguante cóncava

La Luna pasa 14 días de oscuridad y 14 días de Sol, produciéndose severos cambios en su temperatura.

¿Atmósfera?

La Luna, desgraciadamente para nosotros, carece de atmósfera, por lo que está continuamente expuesta a la radiación solar y el impacto de meteoritos, convirtiéndola en un lugar, pese a su cercanía, inhabitable. De ahí radica la gran cantidad de cráteres que hemos registrado en los últimos años, de los cuales, 5.000 tienen un diámetro superior a los 20 kilómetros, y unos 50.000 o más, un diámetro que supera la nada desdeñable cifra de un kilómetro, más si atendemos a la extraordinaria rareza de estos impactos en la Tierra.

El rango de temperaturas también es muy variable, oscilando entre los -170º y los 100º. Además, al no existir atmósfera, el sonido no encuentra partículas a través de las cuales transmitirse, produciéndose un silencio perpetuo y absoluto que estremece a muchos astronautas. Del mismo modo, al no encontrar gases en el cielo, este procura una noche perpetua.

Exploración

Por una mera cuestión de proximidad, la Luna es el cuerpo celeste más estudiado. Durante la segunda mitad del siglo XX, a la luz de la carrera espacial, se produjeron grandes avances gracias a la monstruosa cantidad de sondas que se mandaron al satélite. Evidentemente, antes de esto, genios de la talla de Galileo Galilei ya se habían interesado por la Luna. En 1609, Galileo construyó un telescopio de sesenta aumentos que le permitió observar en detalle montañas y cráteres, de las que dejaría constancia mediante dibujos.

Los soviéticos fueron los pioneros de la exploración espacial, y los primeros que se empeñaron en mandar sondas a la Luna, aunque las misiones exitosas tardarían en llegar. Hay quien, incluso, afirma que los soviéticos solo anunciaban una misión cuando esta triunfaba. Luna 2, lanzada en 1959, impactó de manera satisfactoria contra la superficie lunar, convirtiéndose de este modo en el primer objeto humano en entrar en contacto, no solo con la Luna, sino con cualquier otro cuerpo celeste.

Tras los primeros éxitos de la Unión Soviética, la NASA, con el programa Surveyor, creado en 1964, se interesó por la posibilidad de mandar una nave tripulada a la Luna, algo que parecía ciencia ficción. Cuatro años más tarde, el Apollo 8 logró colocar al ser humano en órbita y, tan solo un año después, el Apollo 11 completaría 31 órbitas alrededor de la Luna. El 20 de julio de 1969, el Apollo 11 haría historia, llevando a tres hombres a la Luna: Buzz Aldrin, Michael Collins, y el conocido Neil Armstrong.

Al alunizar comenzaron a disiparse muchas de las incertidumbres que los científicos albergaban, como la que tenía que ver con las características del suelo lunar, del que se temía estuviera compuesto por arenas movedizas. Sin embargo, Armstrong confirmó que se trataba de una superficie fina y polvorienta.

El horizonte se contempla esperanzador para aquellos que fantasean con una nueva carrera espacial. La incursión de entidades privadas, que a su vez reciben financiación de la NASA, ha revivido el entusiasmo por la conquista del espacio exterior. Se prevé que en los próximos años volvamos a poner un pie en la Luna, esta vez, quien sabe, si dispuestos a terraformarla. Al mismo tiempo, parece existir una rivalidad creciente por apoderarse del satélite, ya que parece esconder una buena cantidad de las preciadas tierras raras.

Tiempos apasionantes para vivir, conocer, explorar e interesarse por el mundo que nos rodea.


Registrado en Safe Creative
Referencias, créditos & citaciones APA
Revista educativa CursosOnlineWeb.com. Equipo de redacción profesional. (2022, 10). Características de la Luna. Escrito por: Javier García. Obtenido en fecha 11, 2024, desde el sitio web: https://cursosonlineweb.com/caracteristicas-de-la-luna.html

Privacidad | Referencias | Mapa | Contacto