La asertividad se conoce como un modelo de relación interpersonal la cual se encarga de conocer los derechos propios del individuo para defenderlos, mientras se respetan los de los demás.
Su premisa básica es que toda persona tiene derechos asertivos o derechos básicos. La estrategia y el estilo de comunicación de la asertividad están ubicados en un punto intermedio entre dos conductas polares las cuales son la agresividad y la pasividad.
En la pasividad se permite que los terceros decidan por el individuo, casi siempre sin tomar en cuenta las ideas del mismo. Por otra parte, en la agresividad no existe la capacidad de ser objetivo y de respetar las ideas de los demás individuos.
El término asertividad normalmente se define como un comportamiento comunicacional en el que la persona no se somete ni agrede la voluntad de los demás, sino que en cambio expresa sus convicciones y defiende sus derechos.
También se conoce como una manera de expresión consciente, equilibrada, directa y congruente en la que el propósito principal es comunicar los sentimientos e ideas y defender los derechos legítimos sin tener la intención de perjudicar o herir, actuando de una forma en la que existe un estado interior de autoconfianza, con la ausencia de una emocionalidad limitante muy característica de la ansiedad, de la rabia o de la culpa.
Indice
¿Cuántos tipos de asertividad existen?
Se entiende que tener un criterio propio dentro de la sociedad es sumamente necesario para poder tener una comunicación eficaz. Entre los tipos de asertividad se encuentran las conductas interpersonales.
Estilo pasivo
El tipo de conducta pasiva está caracterizada por la ausencia de expresiones de los sentimientos y opiniones verdaderos, de poder aceptar las decisiones y los criterios de los demás aún cuando éstos estén en contra de la propia voluntad y deseo de la persona.
Un individuo que tiene un estilo pasivo suele usar con frecuencia expresiones de autoculpa y de sumisión, no expresa sus deseos y le da la razón a los demás con el propósito de caerles bien y evitar problemas, suele tener una desvalorización de sí mismo, expresa sus quejas fuera de contexto, de persona y de lugar y acepta las tareas o ideas que imponen otras personas aún cuando el individuo no esté de acuerdo con las mismas, llegando a provocar y acumular irritación y resentimiento.
Estilo agresivo
Las características principales de este estilo son la ausencia de respeto hacia los sentimientos de los otros.
Las personas con un estilo agresivo amenazan, intimidan y acusan a otras personas, actúa con exigencias, suele utilizar el ataque personal, tiende a interrumpir de manera frecuente para evitar que los demás puedan expresar su pensar, tiene en consideración que la única opinión correcta es la propia y escoge decisiones el nombre de otros individuos sin tener el consentimiento previo de ellos y sabiéndolo.
Estilo asertivo
El estilo asertivo está caracterizado por defender los derechos propios del individuo y mantener el respeto de los derechos hacia los demás.
Las personas que tienen este estilo de conducta pueden expresar de manera honesta y clara los pensamientos y sentimientos personales independientemente de que sean negativos o positivos.
Manifiestan de manera abierta sus gustos y preferencias, aceptan los pensamientos y sentimientos que tienen las demás personas, pueden no estar de acuerdo con las opiniones de los demás en momentos determinados y expresar las suyas propias sin faltar el respeto.
Hacen uso de un feedback positivo cuando interactúan aceptando cumplidos y halagos, expresan su negación cuando es debido y solicitan interrogantes o aclaraciones de situaciones y cosas que no entiendan.
Este tipo de estilo de la conducta interpersonal es considerado el más adecuado y diplomático que se puede tener, y es el estilo al que se aspira alcanzar en el proceso de crecimiento de la interacción social e interpersonal del individuo.
