Los anticuerpos son proteínas que forman parte del sistema inmunológico, las cuales permiten contrarrestar las bacterias y virus que afectan la salud de los seres humanos.
Es por ello, que cuando una persona tiene las defensas bajas, se dice que no tiene suficientes anticuerpos para detener las enfermedades que se producen por esta causa, como en el caso de la varicela, gripe, tos, entre otras.
Los anticuerpos también son llamados inmunoglobulinas o abreviado como Igs, las cuales están contenidas en la sangre y ubicadas en los linfocitos, que son los glóbulos blancos.
Las bacterias y virus que contraen las personas u animales, obligatoriamente deben ser combatidas por los anticuerpos, debido a que no existe una vacuna o un medicamento que lo pueda erradicar directamente. Lo que hacen los expertos en medicina, es indicar medicamentos que puede mejorar el historial clínico, pero que no elimina el malestar del todo. Los anticuerpos tienen forma de Y.
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Tipos de anticuerpos
Los anticuerpos pueden dividirse en cinco grupos IgM, IgG, IgE IgA, IgD. Aunque ejercen funciones diferentes en el organismo, tienen una en común una y la más importante es reconocer, evadir, eliminar y unirse al antígeno para destruir las bacterias y virus que pueden contraer las personas.
Inmunoglobulina G
También conocida como IgG (monómero). Es el anticuerpo más abundante en las personas. Además, al tener una abundancia de plasma sanguínea, funge como el encargado de la inmunidad de feto atravesando la placenta en el vientre de la madre.
Los IgG tienen alrededor del 80 por ciento de los anticuerpos que contiene el cuerpo humano. Estos anticuerpos resguardan la salud y protegen de las bacterias, toxinas y virus a los que están expuestos los humanos.
La inmunoglobulina G, durante sus funciones se enlaza con los macrófagos, células del sistema inmune ubicadas en los tejidos junto a los neutrófilos, el tipo más común de glóbulos blancos para atacar y destruir los microorganismos invasores.
Inmunoglobulina A
Conocida como IgA (dímero). Este anticuerpo es popular por estar estrechamente ligado a las secreciones serosas y las membranas, protegiendo la zona corporal y los canales secretores. En conjunto con la inmunoglobulina G ayuda a la protección del feto y colabora para que la madre produzca la leche que lo alimentará.
La inmunoglobulina A es limitada, pues ocupa un 13 por ciento de la inmunoglobinas de los seres humanos. Al estar ligada a las secreciones, un ejemplo de ellas son la leche materna, la saliva, los jugos intestinales, la orina, el sudor, entre otros.
Inmunoglobulina M
También llamados anticuerpos IgM, incluso en las pruebas sanguíneas lo que se visualiza son sus siglas. Estos anticuerpos aparecen en un tipo de glóbulos blancos denominados linfocitos B, al igual que otros tipos de inmunoglobinas, se alteran con la presencia de bacterias y virus en la sangre.
Este anticuerpo, aunque su proporción en la sangre esta entre el 6 por ciento, es clave para el diagnóstico de infecciones algunas. Un ejemplo de ello, es cuando en países como República Dominicana donde existe el dengue, un virus trasmitido por el mosquito Aedes aegypti el cual hasta el momento no tiene cura, una de las pruebas que se realizan es el diagnóstico del IgM.
Inmunoglobulina D
Este es el anticuerpo IgD, este funciona como recibidor y activador de un tipo de glóbulos blanco, linfocitos B, los cuales alertan al sistema inmune para que trabaje al respecto. El cuerpo tiene una concentración de un 1 por ciento.
Inmunoglobulina E
No son más que los anticuerpos IgE. La agrupación de estos aumentan cuando una persona presenta un proceso alérgico. Se pueden contraer bacterias y virus que alerten a estos anticuerpos por medio de las vías respiratorias, las amígdalas y el tracto gastrointestinal.