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Estructura de un texto argumentativo

Textos argumentativos

Un texto argumentativo es aquel que te permite exponer, con una lógica consistente, ideas basadas en hechos comprobables. Y aunque la retórica está permitida, solo lo será como elemento estético. Puesto que el objetivo ha de estar claro desde el principio y el lector así debe percibirlo.

En este artículo aprenderás la manera correcta de estructurar textos argumentativos, para que consigas incrementar tu capacidad persuasiva sin sacrificar la lógica de tus ideas. Algunas de las preguntas a las que intentaremos responder son:

  • ¿Cuál es el aspecto diferenciador de un texto argumentativo?
  • ¿Puede lograrse un texto argumentativo 100% objetivo, sin ningún tipo de subjetividad?
  • ¿Cuál es la estructura básica de un texto argumentativo?

Precisando el argumento: calibra la intención lectora

Todo el proceso de escritura queda siempre pautado por una intención. ¿Qué es lo que deseas lograr? ¿Enseñar, entretener, convencer, informar o una mezcla de todo esto? Eso solo lo puede definir el comunicador, que encuentra en el texto argumentativo un instrumento ideal para convencer.

Es importante tener claro el objetivo del texto, que necesariamente debe alinearse con la intención lectora de tu público. ¿Qué buscaba esta persona cuando encontró tu texto? ¿Realmente estás satisfaciendo su necesidad? Encontrar y satisfacer esa intención lectora, te dará el poder para conectar con los pensamientos y emociones de quien te lea, facilitando todo el proceso argumentativo.

Frecuentemente se cree que la convicción derivada de este tipo de textos proviene solo de la lógica, pero lo cierto es que los recursos retóricos no están ni mucho menos prohibidos. Aun así, es importante evitar caer (consciente o inconscientemente) en trampas lógicas, jugando negligentemente con la estructura lógica de un argumento.

Una buena estrategia para mantener esta posición objetiva dentro de tu texto, es evitar en lo posible la primera persona y preferir la tercera persona. De esa manera puedes despersonalizar tus argumentos, evitando ligarte excesivamente a tu propio criterio y acercándote más a las necesidades reales de tu lector.

Estructura de los textos argumentativos

La estructura clásica del texto argumentativo sigue un famoso patrón: introducción, desarrollo y conclusión. ¿Fácil, no? Pero al penetrar profundamente en el significado de cada una de estas fases, podemos encontrar muchas sorpresas.

Introducción

¿Cuál es la razón de ser de una introducción? Aparentemente, presentar la tesis inicial que da origen al texto, antes de ofrecer el cuerpo argumental. Pero esto es una media verdad. Una introducción es una invitación, o mejor dicho, una provocación al lector. Parafraseando a los grandes maestros: el objetivo del primer párrafo es que se lea el segundo… Y el del segundo que se lea el tercero.

Desarrollo

Por su parte, el desarrollo es el campo de batalla, donde podemos sacar a relucir los argumentos que sostienen la tesis inicial. Ahora, ¿logra realmente un texto argumentativo cautivar la atención solo con premisas y argumentos sólidos? Puede ser. Pero como siempre es mejor ir sobre seguro, usa todos los recursos a tu alcance para que el lector llegue hasta la última línea. Algunos de los más populares son las historias o anécdotas, frases de personajes con autoridad… la lista es extensa, pero recuerda usar estas técnicas con prudencia.

Conclusión

Finalmente, la conclusión es el punto de anclaje, de síntesis e integración de las ideas. También es donde te convendrá hacer siempre una llamada a la acción. Porque, aunque no se trate de una carta de ventas o algún texto publicitario, siempre debes vincular a tu público con la idea que estás tratando de vender. Quieras o no, las ideas también deben venderse.

Integrándolo todo

La manera más elegante de exponer ideas, y lograr un buen grado de convicción es mediante el uso de textos argumentativos. En términos sencillos, estos se estructuran en: introducción de la tesis, desarrollo argumental y conclusiones. Es importante definir bien la intención, antes de establecer la tesis de partida.

Procura considerar siempre la introducción como una oportunidad para conectar con las expectativas de tu público. Compréndelo primero. También, deberás desarrollar tus argumentos de forma clara, pero no escueta. Usa los recursos que amerite la ocasión. Recuerda siempre terminar con una conclusión integradora y una firme llamada a la acción.

Te invito a que, a partir de este momento, comiences a poner en práctica esta poderosa información. Así lograrás que tus textos tengan la solidez lógica necesaria para que luego puedas ornamentarlo de acuerdo a la ocasión. Ya tienes las bases: intencionalidad, claridad, conexión e integración de ideas. El resto es todo tuyo. ¡Éxito y feliz escritura!


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Referencias, créditos & citaciones APA
Revista educativa CursosOnlineWeb.com. Equipo de redacción profesional. (2022, 04). Estructura de un texto argumentativo. Escrito por: Ramón Dugarte. Obtenido en fecha 12, 2024, desde el sitio web: https://cursosonlineweb.com/texto-argumentativo.html

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