La arquitectura bizantina surge como una propuesta arquitectónica que se mantuvo presente y en un potente auge desde el siglo IV hasta el siglo XV. Estuvo marcado por importantes influencias sociales tales como la caída del Imperio romano de Occidente y la caída de Constantinopla –actualmente Estambul–.
Aproximadamente once siglos, fueron los necesarios para diluir y extender lo suficiente este estilo de arte para dividirlo, con fines académicos, en tres períodos; período inicial, período intermedio y período final o en tres Edades de Oro.
Indice
La arquitectura bizantina
En la arquitectura bizantina, gracias a la extensión del Imperio bizantino, predomina en territorios, actualmente conocidos como Turquía, Grecia, Bulgaria, Rumania, ciertas partes de Italia, Siria y Palestina.
Estuvo influenciada por diferentes estilos de arquitectura, entre ellos destacan la romana y el resto que mayormente procedía del Medio Oriente. A demás recibía influencia por tres corrientes que eran prestigiosos durante la época; el cristianismo incipiente, el racionalismo griego y el Islam.
Características de la Arquitectura Bizantina
- Entre los materiales que ocupa la arquitectura bizantina destacan en el exterior eran considerados como pobres –haciendo referencia a solo ladrillo y posteriormente piedra–, mientras que en el interior predominaban materiales lujosos, algunos con fines solo decorativos –mosaicos, mármoles, cerámica y laminas de oro y plata–.
- Entre sus construcciones destacaban el uso de formas triangulares esféricos para facilitar la planta cuadrada de la estructura y permitir el uso de la cúpula, que en ciertas iglesias y templos simbolizaban el cielo.
- Por otra parte, algunos arquitectos bizantinos hicieron uso del arco de medio punto junto a una columna, usada como soporte, decorada con motivos vegetales o geométricos, sobre los cuales hay una pieza con forma de trapecio.
- Las bases o plantas de la mayoría de los templos fueron construidas bajo una cúpula profunda y centralizada, aunque también predominaban las bases con formas cruciformes –de cruz– con tramos iguales.
Periodos o Edades de Oro de la Arquitectura Bizantina
La Primera Edad de Oro o Periodo inicial
Ocurre durante los siglos IV y VIII, marcado por cantidades extensas de construcciones encargadas por el emperador Justiniano.
Durante el siglo VI, él mismo encargó a construir la gran obra maestra de la arquitectura bizantina; la Iglesia de Santa Sofía, dedicada a la sabiduría divina. En ella destaca su planta casi rectangular, dividida en tres naves que combinan la planta basilical y la central.
Con una cúpula, contrarrestada por semicupulas y recubiertas por teselas doradas. La construcción durante esta época predominaban en las regiones actualmente correspondientes a Palestina y Siria, a partir de dos modelos para plantas diferentes; la planta basilical y la planta circular, ejemplos de ellas la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén y la gran iglesia octogonal en Antioquía, respectivamente.
La Segunda Edad de Oro o Periodo Intermedio
Toma lugar entre los siglos IX y XII. Es considerada como la etapa de la verdaderamente creadora y definitoria para el arte bizantino. Durante estos siglos predominaron las estructuras con planta en forma de cruz, cubiertas con cúpulas que se asientan sobre tambores poligonales.
La Tercera Edad de Oro o Período Final
Ocurre durante los siglos XIII y XV. Este periodo permite que coincida con dinastías de los Comnenos y los Paleólogos, en ella predominaban las plantas de iglesias cubiertas con cúpulas más profundas sobre tambores circulares o poligonales. En el periodo de los Comnenos se han conservado registro de la expansión y construcción de numerosas estructuras en ciertos países eslavos, a demás de Rusia, Bulgaria, Serbia y Venecia. Por su parte al periodo de los Paleólogos, pertenecen docenas de iglesias en Constantinopla, en donde predomina la construcción de estructuras horizontales.
