El hidrógeno se presenta por el símbolo H y cuyo número atómico es 1. Es el más ligero de todos los elementos, con una masa de 1,00797,1.
Es un gas inodoro e incoloro, no metálico, inflamable e insoluble en agua. Regularmente se presenta en forma molecular. No se encuentra en ninguno de los grupos de la tabla periódica, aunque se ubica en el grupo 1 o la familia 1 algunas veces debido esto a que cuenta con solo un electrón en la capa de valencia.
Es el que más abunda de todos los elementos, constituyendo el 75 por ciento de la materia que es visible en el universo. En la Tierra es relativamente raro y se produce a nivel industrial a partir de hidrocarburos tales como el metano. La mayor parte de este elemento se obtiene en el momento justo y lugar en que es requerido su uso. Se utiliza, entre otras cosas, para producir amoníaco y mejorar combustibles fósiles.
Se obtiene a partir del gas natural y es posible que se haga y a través del agua mediante proceso de electrólisis, pero resultaría más costoso. Su isótopo más común es el protio, cuyo núcleo se conforma por ningún neutrón y solamente un protón.
En la metalurgia, su solubilidad y sus características son de mucha importancia, debido a que muchos metales pueden sufrir fragilidad cuando están en presencia de este y en el desarrollo de formas seguras de almacenamiento para su posterior utilización como combustible.
Historia del hidrógeno
El primero en producir el hidrogeno diatómico gaseoso H2, y describirlo de manera formal fue T. von Hohenheim, mejor conocido como Paracelso, quien lo obtuvo al mezclar metales con ácidos fuertes, sin embargo, no estaba consciente de que con el resultado de las reacciones se trataba de un nuevo elemento químico.
En el año 1671, Robert Boyle volvió a descubrir esa reacción que se daba entre los ácidos diluidos y las limaduras de hierro, resultando de esta manera la producción de gas hidrógeno.
Sin embargo, en el año 1766 Henry Cavendish se convierte en el primero en este elemento como gaseoso identificando las reacciones como aire inflamable, y descubriendo de manera más profunda que cuando el gas se quema podía producir agua, esto fue en el año 1781. Por ello se le atribuye crédito por el descubrimiento del hidrógeno como otro elemento químico. Pero el nombre lo recibió de Antoine Lavoisier en 1783.
Este elemento fue licuado por vez primera de la mano de por James Dewar en 1898, quien utilizó refrigeración regenerativa, cuya invención está muy cercana a lo que actualmente se conoce como termo.
Abundancia de hidrógeno en la naturaleza
En el universo, este es el elemento que más abunda, constituyendo más del 75 por ciento en materia normal por masa y más del 90 por ciento de átomos. Es encontrado en las estrellas en abundancia, así como también en los planetas gaseosos gigantes.
Se encuentra principalmente en su forma atómica en el universo y sus propiedades son marcadamente distintas a las del hidrógeno natural. Existe como gas diatónico bajo condiciones normales de temperatura y de presión.
A pesar de que en el espacio interestelar sus moléculas diatómicas y sus átomos son abundantes, en la tierra son difíciles de purificar, generar y concentrar. Es el decimoquinto elemento más abundante en la superficie terrestre.
La mayor parte del hidrógeno terrestre se presenta como parte de compuestos químicos como el agua y los hidrocarburos o el agua. Em estado gaseoso se produce por algunas algas y bacterias, y es un componente natural de las flatulencias.
Hidrógeno metálico
A pesar de que el hidrógeno es catalogado como un elemento no metal, en el año 1996 un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore dio a conocer que produjeron de manera casual el primer hidrógeno metálico, esto a temperaturas de miles de kelvins y presiones de más de un millón de atmosferas por un microsegundo. Comprobando así que a altas presiones y temperaturas este es capaz de comportarse como metal.